Vladimir Putin nunca pronuncia el nombre de Alexéi Navalni, refiriéndose a él como “esa persona” o “ese señor”. El opositor logró obsesionar al presidente ruso, si bien está por ver cuál será su influencia tras su muerte en prisión el pasado mes.

En la última década, el presidente ruso recurrió a multitud de fórmulas, como “El ciudadano que usted menciona”, “esa persona” o “ese señor”, para evitar pronunciar el nombre del opositor, cuyo funeral se celebró este viernes en Moscú, en medio de un importante dispositivo de seguridad.

Al ser preguntado en junio de 2021 por un canal de televisión estadounidense sobre si Alexéi Nalvalni podría ser liberado de prisión en buen estado de salud, el presidente ruso contestó que esperaba “que la persona que usted menciona reciba el mismo trato […] que las otras personas en prisión”.

Cuando el periodista mencionó el nombre de Navalni, Putin le cortó: “Usted puede llamarlo como quiera, es una de las personas en prisión”.

La reticencia del presidente ruso a pronunciar el nombre del otrora bloguero anticorrupción, que acabó convirtiéndose en su principal opositor, sería una muestra de la preocupación que Navalni genera en el Kremlin.

Alexéi Navalni fue la figura central de una oleada de protestas celebradas en 2011 y 2012 en las que declaró poder “tomar el Kremlin”, se enfrentó al candidato pro-Putin en las municipales de Moscú de 2013 (los únicos comicios a los que le permitieron presentarse) y logró crear una red de apoyo fuera de la capital.

Entre sus acciones, publicó numerosos videos en internet, en los que acusaba de corrupción a la élite del Kremlin y al propio Putin.

 

Control del Kremlin

 

Según los analistas, el control que ejerce el Kremlin sobre los medios, la sociedad civil y la política nunca habría permitido que Navalni se enfrentase a Putin en unas elecciones. Pero su carisma y su voluntad de romper tabúes sí que podían causar molestias en el Kremlin.

“Hay pruebas incontestables de que el régimen de Putin tenía intención de destruir a Navalni, a su equipo y su movimiento”, explicó a AFP Ben Noble, especialista en política rusa en el University College de Londres. 

“El Kremlin se ha vuelto cada vez más reacio a cualquier visión política alternativa y Navalni encarnaba esa alternativa: una crítica carismática y feroz de Putin”, agregó.

Navalni realizó “las investigaciones más devastadores que el país haya nunca conocido sobre el cinismo sin límites y la corrupción de los dirigentes”, afirmó  Andrei Kolesnikov, experto del Centro Carnegie para Rusia y Eurasia.

Aún así, hay indicios de que su popularidad iba en declive. Según un sondeo del instituto independiente Levada Centre, el 9% de las personas encuestadas aprobaban sus acciones en enero de 2023, frente al 20% de septiembre de 2020.

Pero cuesta hacerse una idea de la fama real del opositor en una Rusia en la que se reprime duramente cualquier voz crítica con el poder, sobre todo desde que empezó la guerra en Ucrania, en febrero de 2022.

“Parece que pese a todo el ánimo y la valentía, el régimen se está volviendo cada vez más fuerte”, en tanto las instituciones levantadas por la sociedad civil “son desmanteladas con éxito”, apuntó Maria Snegovaya, del Centro Estratégico de Estudios Internacionales (CSIS).

Con todo, Alexéi Navalni se mantuvo inflexible hasta el final, prediciendo el final del régimen actual en los mensajes que enviaba desde prisión y que su equipo difundía en redes sociales. “Esto se hundirá y se derrumbará. El Estado putiniano no es viable”, lanzó en enero, afirmando que la “victoria” de su bando era “inevitable”.

Con información de Agencias

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