Los ataques de Hamás del 7 de octubre y la respuesta militar de Israel desencadenan tensiones en una región del mundo que reúne a 10 Estados donde vive el 5,6% de la población mundial.
Desde Ciudad de Gaza, en la Palestina ocupada, hasta Panjgur, en las montañas del Baluchistán paquistaní. Desde el corredor de Lachín, en el Cáucaso que une Armenia con Azerbaiyán, hasta el puerto de Hodeida, en Yemen. Los enfrentamientos se suman a la larga guerra de Siria, a renovados conflictos en Líbano e Irak, con la participación directa de Israel en varios de los frentes y con Irán que apoya a varias organizaciones musulmanas.
Como si faltara un componente para poner en alerta la paz mundial, apareció el ataque de los rebeldes hutíes en el Mar Rojo a buques comerciales y los bombardeos de Estados Unidos y Reino Unido contra Yemen.
Desde el ataque del 7 de octubre de Hamás, que causó 1.200 muertos y la captura de 240 rehenes, el Gobierno israelí lanzó una campaña militar que sumó más de 25.000 víctimas mortales palestinas, de las que el 70% son civiles.
El conflicto entre Israel y Palestina se extiende a un área de 10 Estados donde viven casi 500 millones de personas. Las acciones involucran ejércitos regulares de Israel, Irán y Pakistán, así como organizaciones como Hamás, Hezbolá y hutíes. También al Estado Islámico y a los separatistas baluchíes de Yeish al Adl, en Irán. Dos de las naciones involucradas tienen arsenal nuclear, Israel y Pakistán.
Franja de Gaza
El escenario más complejo es la situación humanitaria de Palestina causada por la decisión de Israel de limitar el ingreso de combustible, comida y agua.
La intensidad de los bombardeos no tiene parangón desde la II Guerra Mundial. Sudáfrica llevo a Israel al Tribunal Internacional de Justicia, con sede en La Haya, por el delito de genocidio. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reiteró el jueves su determinación a continuar la campaña hasta la “victoria total” sobre Hamás, lo que requerirá “muchos más meses”.
Cisjordania
2023 ya era el año más violento en Cisjordania desde el fin de la Segunda Intifada de 2005. Pese a su separación geográfica, Gaza y Cisjordania tienen vasos comunicantes. Desde el 7 de octubre, unos cuatro palestinos mueren cada día, principalmente por fuego israelí. Según datos de la ONU, el año acabó con 509 muertos. Es el triple que el total entre 2008 y 2015.
Gran parte del 22% de la fuerza laboral de Cisjordania a localidades de Israel no van a sus trabajos, se trata de decenas de miles de palestinos que entraban a trabajar a Israel o a las colonias. Sus permisos están congelados desde el ataque de Hamás.
Israel
Está involucrado en varios frentes de diferente intensidad. Además de Palestina, el más delicado es Líbano, desde donde Hezbolá lanza cohetes o drones cargados de explosivos. También recibe ataques desde Siria. A eso se suma la solidaridad de los hutíes con Hezbolá.
Desde fines de diciembre, Israel intensificó los asesinatos selectivos en otros países. No sólo mató un líder de Hamás, Saleh Al Aruri, en Beirut, sino también a hombres vinculados a Irán, al que Netanyahu define como “la cabeza del pulpo”.
Dos víctimas fueron los altos mandos de Hezbolá, Wissam Al Tawil y Ali Hussein Burji; un general de la Guardia Revolucionaria iraní, Razi Mousavi, y otros cinco de sus miembros en Damasco.
Líbano
El país vive desde 2019 lo que el Banco Mundial define como una de las tres crisis económicas más graves del planeta desde el siglo XIX. Hoy está presente la posibilidad de una guerra. La decisión no depende del Estado, sino de Israel y de la milicia Hezbolá, con decenas de miles de misiles y combatientes con experiencia en la guerra siria.
Tras los asesinatos selectivos este mes de un líder de Hamás en Beirut, y de un comandante de la rama militar de Hezbolá, un proyectil antitanque mató a dos civiles en Israel. La respuesta fueron los bombardeos aéreos más intensos desde octubre.
El miércoles pasado, el jefe del Estado mayor israelí, Herzi Halevi, admitió que la probabilidad de guerra en los próximos meses es “mucho mayor”. Israel quiere garantías para devolver a sus hogares a los 80.000 nacionales que desplazó de la frontera con Líbano o llevaría al país “a la Edad de Piedra”, según el ministro de Defensa israelí.
Siria
Se aproxima a 13 años de una guerra que supera el medio millón de muertos y expulsó de sus hogares a más de la mitad de la población. Los frentes de combate no cambiaron durante el gobierno del presidente Bachar El Asad, aunque reabrió las puertas al turismo y regresó a la Liga Árabe.
En octubre, drones cargados de explosivos causaron 80 muertos en una academia militar, en uno de los ataques más letales en la zona bajo control de El Asad. Mientras, un 90% de la población está bajo la línea de la pobreza. Hace años que Israel bombardea Siria y la guerra en Gaza aumenta el fuego cruzado.
Irak
Antes de 2003, era una de las mayores potencias de Medio Oriente. La invasión de Estados Unidos dejó un país diezmado, con divisiones étnicas y religiosas. La llegada al poder de chiíes permitió a Irán incrementar su influencia.
Desde el 7 de octubre, las milicias proiraníes llevaron a cabo cerca de un centenar de ataques contra las bases estadounidenses, donde todavía mantienen unos 2.500 militares en suelo iraquí, quienes mataron a una treintena de milicianos chiíes, incluido a uno de sus principales comandantes, Mushtak Taleb al Saidi.
Irán
La Guardia Revolucionaria incrementó el apoyo político, económico y militar a actores en Irak, Siria, Gaza, Líbano y Yemen. En respuesta, Israel golpea a Irán dentro de su territorio con drones, atentados con bombas y sabotajes en instalaciones militares y atómicas.
El Mosad asesinó a media docena de científicos involucrados en el programa nuclear iraní. Además, Irán se enfrenta a atentados del Estado Islámico, y de grupos kurdos y baluchís.
Yemen
La guerrilla Ansar Allá (Partidarios de Dios), conocidos como hutíes, opera en el estrecho de Bar el Mandeb, en la entrada y salida del mar Rojo hacia y desde el canal de Suez, que une el Mediterráneo con el Índico.
Los ataques a los barcos mercantes triplicaron el precio de los fletes a nivel mundial. Varias de las principales navieras cambiaron de rumbo y rodean África para evitar ese punto. La ofensiva de los hutíes y su influencia económica global llevó a la formación de una coalición internacional liderada por Washington que puso en marcha la Operación Guardián de la Prosperidad para garantizar una navegabilidad segura por la zona.
El 11 de enero, tras 27 ataques hutíes, Estados Unidos y Gran Bretaña bombardearon más de 60 objetivos en territorio yemení controlado por los rebeldes.
Kurdistán
Tras tres décadas de lucha contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que dejaron más de 45.000 muertos, Turquía neutralizó a ese grupo armado kurdo, por lo que la mayoría de los combates se desplazaron a Irak y Siria. En la región del Kurdistán iraquí, Ankara fijó bases militares y bombardea las posiciones del PKK en las fronteras entre Turquía e Irak e Irak e Irán.
En el norte de Siria, al que los kurdos se refieren como Kurdistán sirio, una milicia vinculada al PKK, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), establecieron una administración autónoma en medio de la guerra civil, gracias al apoyo de Estados Unidos.
Turquía ataca esa zona, por considerarla un refugio de “terroristas”. Desde octubre, el gobierno de Recep Tayyip Erdogan inició una campaña de bombardeos contra la infraestructura de la zona, en especial las instalaciones eléctricas y petrolíferas.
Baluchistán
La inestabilidad de la región se contagió al subcontinente indio. Irán lanzó misiles y drones contra objetivos del grupo yihadista suní Yeish al Adl en el Baluchistán paquistaní. El ataque elevó la preocupación por afectar a Pakistán, una potencia nuclear.
Islamabad respondió con el bombardeo de supuestas bases insurgentes baluchíes. Pese a ambos incidentes y las quejas recíprocas de ambos gobiernos, los dos países se apresuraron a subrayar sus buenas relaciones. El intercambio de fuego en Baluchistán no está directamente relacionado con el conflicto de Gaza.
Armenia y Azerbaiyán
Con una campaña de bombardeos y avances terrestres a finales de septiembre, Azerbaiyán inició su ofensiva final sobre Nagorno Karabaj, un territorio de mayoría de población armenia dentro de las fronteras azerbaiyanas. Los más de 100.000 armenios que vivían en el enclave huyeron a Armenia, un país pobre y peor armado que su vecino.
Las presiones de Azerbaiyán hacen temer que el proceso descarrile. Israel y Turquía son los principales suministradores de armas a Bakú. Pakistán es también un firme aliado que envió instructores militares a Azerbaiyán. Irán desplegó fuerzas militares en su frontera con Azerbaiyán para enviar un mensaje al gobierno de Bakú. Rusia también mantiene tropas desplegadas en ambos países caucásicos.