Rusia lanzó un bombardeo masivo contra Ucrania el 15 de febrero. Las Fuerzas Armadas de Kiev dijeron que entre una serie de misiles rusos que atacaron a Ucrania en el ataque también había un misil balístico KN-23 de origen norcoreano, de acuerdo con una nota en The EurAsian Times escrita por la periodista y master en Defensa y Seguridad Sakshi Tiwari.

“Se registraron un total de 26 lanzamientos de misiles de diversos tipos, incluidos 12 misiles de crucero Kh-101; Kh-555 y Kh-55 desde bombarderos estratégicos Tu-95MS estacionados en la base aérea de Engels, 6 misiles balísticos Iskander-M/KN-23 desde Voronezh, 2 misiles de crucero Kalibr desde Novorossiysk, Krasnodar Krai, 4 misiles guiados aéreos Kh-59 lanzados desde cerca de la parte temporalmente ocupada del óblast de Zaporizhzhia y el óblast de Kursk en Rusia, y 2 misiles antiaéreos guiados S-300 desde el óblast de Belgorod en Rusia”, de acuerdo con lo informado por Ucrania .

Los medios y el personal de la Fuerza Aérea, en cooperación con unidades de las Fuerzas de Defensa de Ucrania, destruyeron 13 misiles de diversos tipos”, dijeron en un comunicado.

El ataque con misiles se produjo un día después de que el ejército ucraniano anunciara que había hundido un barco de la armada rusa en el Mar Negro utilizando sofisticados drones navales, lo que marcó otra pérdida para la Flota rusa del Mar Negro (BSF). Los observadores militares ven el ataque con misiles como una represalia de Rusia.

Según los informes, uno de los seis misiles balísticos que Rusia lanzó contra Ucrania en la mañana del 15 de febrero era un misil coreano KN-23 que supuestamente causó un cráter en el suelo. EurAsian Times no pudo corroborar de forma independiente si el cráter fue causado por el KN-23 o algún otro misil.

Tiwari señala que fuentes ucranianas afirman que Rusia ha recurrido a Corea del Norte en busca de ayuda para librar el conflicto en Ucrania debido a la falta de munición fabricada en el país y al acceso restringido a los mercados internacionales.

Según declaraciones recientes de funcionarios de inteligencia de países aliados de Estados Unidos, Moscú podría estar intentando proporcionar a Pyongyang acceso al sistema financiero global a cambio de misiles y municiones.

La primera evidencia de que Rusia estaba usando misiles norcoreanos llegó a principios de enero de este año. En ese momento, Mykhailo Podolyak, un colaborador cercano del presidente ucraniano, dijo: “Ya no hay ningún disfraz… como parte de su abierta guerra genocida, la Federación Rusa atacó por primera vez el territorio de Ucrania con misiles recibidos de …Corea del Norte.”

El máximo portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, John Kirby, había declarado anteriormente en conferencia de prensa que las fuerzas rusas están lanzando actualmente misiles balísticos de corto alcance fabricados en Corea del Norte contra objetivos dentro de Ucrania

Kirby dijo que “la información indica que la República Popular Democrática de Corea recientemente proporcionó a Rusia lanzadores de misiles balísticos y varios misiles balísticos”.

La noticia causó revuelo en todo el mundo debido a los informes intermitentes sobre transacciones de armamento entre los dos aliados de la Guerra Fría que han permanecido juntos a pesar del ataque militar de Rusia a Ucrania. Kirby dijo en una sesión informativa en la Casa Blanca que los misiles fabricados por Corea del Norte fueron disparados contra Ucrania el 30 de diciembre y el 2 de enero.

En noviembre, funcionarios surcoreanos declararon que creían que Corea del Norte podría haber vendido misiles balísticos de corto alcance (SRBM) a Rusia como parte de un acuerdo de armas más amplio que también incluía armas, municiones para artillería y morteros, y misiles antiaéreos y antitanques. En ese momento, el ejército surcoreano afirmó que más de 2.000 contenedores con armamento y equipo militar fueron transportados desde Rajin, un puerto en el noreste de Corea del Norte, a Vladivostok en Rusia.

Sin embargo, en el último incidente, los analistas han observado que el KN-23 tiene un gran parecido con el misil balístico de corto alcance ruso Iskander. Al publicar los detalles de los misiles, el Ministerio de Defensa de Ucrania mencionó el misil como “1 misil balístico Iskander/KN-23”, subrayando que los dos misiles podrían ser análogos entre sí.

Distintos pero parecidos

Corea del Norte lanzó la prueba inaugural de la serie KN-23 de SRBM de combustible sólido en 2019. Las antiguas variantes Scud de combustible líquido del país han sido reemplazadas por un misil que es más robusto, sensible y preciso.

En los últimos cinco años, Pyongyang ha realizado más lanzamientos de prueba del KN-23 que de cualquier otro tipo de misil balístico debido a su fuerte inversión en el desarrollo de ese armamento.

Tiwari afirma que, a pesar de tener un diseño norcoreano, el KN-23 comparte más similitudes con el Iskander-M ruso que solo la apariencia, que hasta ahora ha sido una característica determinante para los observadores militares. Ambos sistemas operan en trayectorias cuasi balísticas y deprimidas, exhibiendo características de vuelo comparables.

Aunque se dice que el KN-23 carece de ayudas de penetración y puede que no ofrezca el mismo grado de maniobrabilidad evasiva que el Iskander-M, podría hacer que las defensas de misiles balísticos de Ucrania sean más difíciles de defender.

Los lanzamientos de cohetes KN-23 que fueron confirmados habían mostrado un alcance de hasta 800 kilómetros. Y un lanzamiento no identificado, pero probablemente de KN-23 en junio de 2023 alcanzó unos 900 kilómetros.

El alcance de 900 kilómetros del KN-23 permitiría una cobertura completa de Ucrania desde el interior de las fronteras internacionalmente reconocidas de Rusia, ya que el alcance informado del Iskander-M es de sólo 500 kilómetros. Esto ha sido promocionado como una clara ventaja que ofrece el misil norcoreano.

Otra ventaja, según los informes, es que el peso de lanzamiento del KN-23 es de 3,4 toneladas, 400 kilogramos más ligero que el misil 9M723 del complejo Iskander. La ojiva del KN-23 pesa unos 500 kilogramos contra los 700-800 kilogramos del Iskander-M.

Según Tiwari, el diseño del misil sugiere que puede transportar cargas nucleares y convencionales. Al igual que sus análogos en todo el mundo, el KN-23 parece realizar una maniobra de “pull-up” durante su fase terminal de vuelo, presumiblemente para dificultar su interceptación.

Dadas estas similitudes, algunos observadores suponen que se utilizó ayuda extranjera en el desarrollo del KN-23. Otros, sin embargo, sostienen que el misil se fabricó totalmente en el país y destacan cómo el KN-23 se diferencia del Iskander-M en varios aspectos de su dieño exterior.

Aun así, al igual que otras armas que han sido interceptadas y derribadas por las defensas aéreas desplegadas por Ucrania, el KN-23 tampoco es infalible. Sin embargo, el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Inhat, dijo que el ejército ruso utiliza con frecuencia misiles balísticos. Afirmó además que el país necesita más contramedidas para combatir la amenaza de este tipo de misiles.

(Con información de The EurAsian Times)

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