Las autoridades de Transnistria, una región separatista prorrusa de Moldavia, fronteriza con Ucrania, adoptaron este miércoles una declaración oficial por la que piden la “protección” de Rusia.

En la declaración, citada por las agencias de prensa rusas, las autoridades secesionistas piden a Moscú “aplicar medidas para proteger Transnistria frente a la presión reforzada por parte de Moldavia”, cuyo gobierno central “adoptó medidas de extorsión económica” contra este exiguo territorio.

Los rebeldes prorrusos en la región separatista de Transnistria en Moldavia realizaron una inusual una inusual reunión este miércoles en medio de temores de que el territorio pueda abrir un nuevo punto de conflicto en la guerra de Moscú con la vecina Ucrania.

La delgada franja de tierra ha estado controlada de facto por fuerzas prorrusas desde el colapso de la Unión Soviética, pero está reconocida internacionalmente como parte de Moldavia.

La última reunión como la realizada en esta oportunidad por los separatistas se celebró en 2006, cuando los diputados anunciaron un referéndum sobre la integración con Rusia, votación que resultó en una abrumadora mayoría a favor.

El político opositor local Gennady Chorba dijo que era “muy probable” que los diputados pidieran unirse a Rusia, un día antes de que el presidente Vladimir Putin pronunciara su discurso anual ante los legisladores rusos.

Desde que Moscú lanzó su invasión a gran escala de Ucrania, a Moldavia le preocupa que el Kremlin pueda utilizar Transnistria para abrir un nuevo frente en el suroeste, cerca de la región de Odesa, en el sur de Ucrania.

Transnistria se vio sacudida por explosiones inexplicables en 2022, y los analistas militares especularon que pudo haber sido un intento de elementos prorrusos de arrastrar a la región al conflicto.

En marzo, el liderazgo prorruso de Transnistria acusó a Kiev de un intento de asesinato de su líder, acusación que Ucrania rechazó.

Y la semana pasada, el Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que Ucrania planeaba una incursión armada en el territorio separatista, sin aportar ninguna prueba.

El Kremlin tiene alrededor de 1.500 soldados estacionados permanentemente en la región separatista, en una misión de “mantenimiento de la paz”.

El territorio predominantemente de habla rusa, encajado entre el río Dniéster y la frontera con Ucrania, se separó unilateralmente de Moldavia tras el colapso de la Unión Soviética.

En 1992, los separatistas libraron una guerra con el gobierno prooccidental de Moldavia que resultó en cientos de muertes y la intervención del ejército ruso a favor de los rebeldes.

Rusia todavía apuntala la economía de Transnistria con suministros de gas gratuito, pero la región se ha encontrado cada vez más aislada de Moscú desde el conflicto en Ucrania.

(Con información de agencias)

 

 

 

 

 

 

 

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