Con la promesa de “salvar” a Alemania de la extrema derecha, un nuevo partido de izquierda ofrece una propuesta de altas pensiones, bajo gasto en defensa y el fin de costosas políticas climáticas en su primera aparición pública antes de las elecciones regionales y europeas de este año.

La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que lleva el nombre de su líder, una exdirigente muy popular y exparlamentaria del partido La Izquierda (Die Linke), celebró su primer congreso nacional este sábado, y los delegados dirigieron su fuego contra el espectro político, de izquierda a derecha.

Mientras el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) obtiene alrededor del 20% de apoyo en las encuestas de opinión nacionales, al alejar a algunos votantes de los partidos tradicionales que dominan el gobierno y la oposición, muchos analistas especulan que el BSW, con un 8% en las encuestas en una región del Este. Estado, podría hacer estallar la burbuja de AfD.

El AfD sigue por detrás de los conservadores de la oposición con un 31%, pero todavía está muy por delante de los tres partidos de la coalición de centro izquierda del canciller Olaf Scholz, que en conjunto obtenían un 32% de las encuestas.

“Tememos por la democracia, tememos que AfD se aproveche de la ira y el desacuerdo en el país”, le dijo Wagenknecht a Reuters el sábado. “No creemos que la gente piense en la derecha radical. Sólo quieren una voz que no tienen con otros partidos”.

En algunas áreas políticas, BSW se distingue poco de AfD: también quiere poner fin a los envíos de armas a Ucrania, argumentando que prolongan un conflicto sobre cuyos orígenes no se profundizó en el escenario del congreso.

En un antiguo cine en Karl-Marx-Allee de la ex Berlín Oriental, ella y sus colegas del partido también criticaron a la coalición de centro izquierda del canciller Olaf Scholz por estar más preocupada por las políticad de identidad de género que por las preocupaciones materiales de la gente.

El partido tiene una base particularmente fuerte en la ex Alemania Oriental, donde su mensaje resuena sobre un alto gasto social y un gobierno que obtiene su legitimidad de su capacidad para proporcionar una seguridad personal mínima a pesar de la adversidad económica.

Wagenknecht, nacida en el este de Alemania, de padre iraní y madre alemana, presentó al gobierno y a la oposición como agentes de los ricos y acomodados, retratando a Robert Habeck y Annalena Baerbock -los ministros de Economía Verde y de Relaciones Exteriores- como ignorantes y urbanos que persiguen descabelladas y costosas políticas.

“Tal vez Robert Habeck piensa que todo el mundo vive en casas modernas o en lofts bien aislados, por lo que le parece una gran idea que todo el mundo instale una bomba de calor”, afirma Wagenknecht.

La primera prueba electoral del partido se producirá a finales de este año en tres elecciones estatales del Este, donde el AfD obtiene hasta un 31% en las encuestas de opinión, lo que hace que sea casi imposible eludirlo en cualquier negociación de coalición.

Wagenknecht ha descartado trabajar con AfD, pero si bien un buen desempeño de BSW podría resolver un problema de gobernanza, sus posiciones en política exterior pueden resultar poco aceptables para otros partidos.

(Con información de agencias)

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